sábado, 30 de julio de 2016

Qué es ser periodista para mi!!

QUÉ ES SER PERIODISTA PARA MÍ

Buscar en un tema hasta encontrar el filón, liberar la energía que me hace aparecer ideas y sentir el deseo imparable de decirlas.

Armar diálogo con muchísima gente que no conozco pero que está dándole vueltas a los mismos problemas que yo.

Llevar a la filosofía a un nivel de intercambio útil, sacarla de los problemas relativos a la esencia (es decir de la nada en la que hace la plancha) y ponerla a valer en torno a los temas y problemas que nos interesan.

Vivir la excitación de intervenir en la discusión pública, siendo muchas veces portador de ideas raras, poco frecuentes, provocadoras de la discusión, y luego participar en esa discusión lo más libremente posible.

Quedarme con la sensación de que tal vez dije demasiado, que me puse excesivamente en evidencia y que más me hubiera valido ser más discreto y hablar cuidando las conveniencias.

Preparar ideas, antes de ir a la tele (a que me hagan una entrevista o a participar en los programas en los que trabajo), escribirlas y reescribirlas hasta lograr una serie de frases sencillas, interesantes, claras, directas.

Sentir la satisfacción de que otros me elogien o agradezcan el haber logrado alguna de estas expresiones a las que sienten representativas de su visión.

Ser filósofo tiene algo básico en común con ser periodista: la búsqueda de la realidad, de la verdad o de los hechos. El periodista está pegado a esos hechos, pero sabe también lo elusivos que estos pueden resultar, y se plantea constantemente el tema de la perspectiva: de entre todas las versiones ¿cuáles son los hechos? El filósofo, por su trabajo, mira la generalidad, la realidad en su conjunto, pero no escapa a la dificultad. De todas maneras no creo que, ni en un caso ni en el otro, sea imposible determinar una verdad, pero esta aparece cuando uno llega a decir lo que uno cree, lo que uno ve, lo que uno quiere.

El periodismo no debería ser definido con estrictez (nada debería serlo), sino más bien usada su amplitud para hacer caber distintas versiones y para jugar con el movimiento de las distintas miradas y aplicaciones. Cada uno tiene que proyectar su forma de ser en su trabajo, cualquiera sea el trabajo, y más que apelar a una forma previamente definida tratar de encontrar la versión propia de las cosas.

Se puede pensar en una definición de cada profesión en función de la patología (la enfermedad) que lo determina. Para ser filósofo hay que estar un poco deprimido, tomar distancia de todo, ser escéptico respecto de cualquier cosa y escudarse en esa actitud para evitar tomar partido por algo. Para ser periodista hay que tener una debilidad básica, ocultarse en los hechos, cultivar el sentido común, sobarle el lomo a la opinión pública. Si uno quiere hacer bien cualquiera de las dos cosas debe curarse, al menos un poco. Un filósofo tiene que aprender a estar contento, a querer la vida y a querer algo en la vida. Un periodista tiene que aprender a tener una visión propia, a superar la descripción de los hechos, o decidirse a aceptar que no hay definición de los hechos sin un querer respecto de ellos.

Qué es ser periodista en la era de Internet

Desde el punto de vista del periodismo, tendemos a mirar Internet como una nueva manera, más eficiente y rápida, de recopilar información, de reportear.

Esa es sólo una parte de sus potencialidades. Internet es una gran base de datos –no importa cuán remoto sea el origen de éstos, pero la revolución que implica en el área de las comunicaciones proviene de otra de sus propiedades: el carácter de transmisor. En el periodismo, la revolución es de la información: esta viaja en todas las direcciones y el receptor es a la vez, emisor.

Internet hace de la transmisión –entendiendo como tal desde la publicación de noticias hasta la comunicación interpersonal directa– un proceso de muy bajo costo.

Que las condiciones para hacerlo sean iguales para todos (fuentes, medios y público)tiene enormes implicancias sociales y profesionales. Nos hace cuestionarnos acerca del trabajo del periodista y su papel en la sociedad: "inquirir, recolectar, elaborar, transmitir y recibir la imagen procesada de un hecho real, comprobable, situada en el tiempo y el espacio, que implique alguna modificación de interés para la vida social y que posibilite a los seres humanos ratificar o modificar su actuar, sentir u opinar libremente".

En la era de las redes, se mantienen las funciones de inquirir, recolectar, elaborar, transmitir y recibir información, pero la abundancia de esta hace necesarias nuevas destrezas para potenciar las posibilidades que la Red le ofrece al reportero.

El año 1998 fue especialmente significativo para el cuestionamiento acerca del papel que cumplirá el periodista cuando Internet sea una alternativa de comunicación verdaderamente masiva. Vimos fuentes que usaron el medio para tomar contacto directo con los usuarios; informaciones que llegaron al público antes que a los medios tradicionales; pseudoperiodistas con espacios más exitosos o más visitados que medios de gran prestigio; sitios con maneras propias de combinar la información y las potencialidades de Internet; y medios tradicionales apostando acerca de su papel frente a esta nueva tecnología.

Dificultades del Internet como medio de información

Existe el problema de la falta de criterios en el público para seleccionar y decidir: los espacios en Internet pueden presentar apariencias muy similares, independientemente de la calidad de información que contengan. Y esta similitud –improbable en la prensa escrita, por ejemplo deja ciertamente inerme al usuario.

Estos problemas –la enorme facilidad para transmitir información y las dificultades que puede llegar a tener el público para discriminar entre lo verdadero, lo casi verdadero y lo falso preocuparán a los legisladores en los años venideros. También a los periodistas: ¿qué papel jugará este profesional en un mundo en que puede trabajar solo o formar parte de alguno de los grandes conglomerados mediales para Internet, que sin duda se crearán?

"Se requerirá que algunos periodistas seleccionen y presenten, que sean corredores de información, que conozcan el camino alrededor de ésta y los movimientos de las bases de datos, y que tengan una fuerte orientación hacia los lectores. Estos periodistas pueden convertirse en apreciados guías para los lectores que acceden a Internet buscando información y se pueden desarrollar como distribuidores de sentido, no sólo de hechos. El periodista se convierte en filtro".

Si la escasez de información era la razón de ser del periodista en el pasado, hoy lo es la abundancia.

Los portales como medios informativos

Los estudios y análisis señalan que los medios en que el público confía más en materia de entrega informativa son los más solicitados y, por lo tanto, los más comprados o de mayor rating. Cada medio, a su vez, ha desarrollado una manera propia de presentar la información, adecuada a sus características mediales. Hay una forma de dar las noticias en radio, en televisión y en prensa. Tiene que haber también una manera de hacerlo en la Red.

La información en Internet debe potenciar herramientas hasta ahora utilizadas por los medios tradicionales valiéndose de otras privativas de este nuevo medio de comunicación. La nueva tecnología permite ofrecer al usuario el acceso a bases de datos, el contacto permanente y en tiempo real con el emisor y la inmediatez informativa. Hasta ahora, la mayoría de los medios de comunicación en la Red ha adoptado la metáfora del diario, esto es, una página que emula a la primera plana de un periódico y cuyos titulares, llamadas e índices permiten ir avanzando en niveles de profundidad y detalle.

Habrá que esperar también para conocer las preferencias del usuario al momento de buscar información: si seguirá fiel a los medios tradicionales, si escogerá espacios creados especialmente para acceder a la red o si optará por una combinación de alternativas a las que ingresará desde su propia lista de favoritos o bookmarks. Para los medios esto, es importante: está en juego su éxito comercial y su rango de influencia social.


El periodismo

La empresa informativa

Los medios masivos efectúan una función mediadora entre la realidad y quien no tiene acceso directo o fácil a ella. Al reflejarla, los medios la interpretan y “manipulan”; es decir, trabajan sobre ella –ya que no les viene totalmente dada- para ofrecérsela y explicársela a un público que la desconoce. Esta libertad para comunicar que tienen los medios, “debe ajustarse a dos grandes limitaciones, si quieren ser respetuosos con los derechos básicos de cada cual: no debe perjudicar a la libertad de nadie, y debe utilizarse para bien y no para mal”.

Sin embargo, la realidad nos muestra que son pocos los medios que se ajustan a dichas limitaciones. El mayor daño que los medios hacen consiste en informar de lo que no deben o en meterse donde no les está permitido hacerlo porque a nadie le hace falta que lo hagan. En publicar aquello que debe ser privado, con la intención de hacer lo más "vendible", se evidencia claramente que el derecho a la intimidad y a la propia imagen es uno de los derechos más amenazados por la libertad de expresión.

Podría afirmarse de que se trata de un “conflicto entre libertades; la libertad del individuo a ser soberano en su ámbito privado” (derecho a la intimidad), “contra la libertad del medio a revelar lo que ocurre en ese ámbito cuando juzga que es de interés general“ (libertad de expresión).

Los medios de comunicación no son agrupaciones altruistas de profesionales con el único fin de informar correctamente de lo que ocurre. Son empresas con ánimo de lucro que deben responder al objetivo prioritario de maximizar sus beneficios. Por lo tanto, como cualquier otra empresa, tienen que cumplir con diversas funciones: Ser competitivas en el mercado, lanzar productos de calidad, aumentar la profesionalidad de sus empleados, generar beneficios y asegurar su capacidad de permanencia.

Así, se puede definir a la empresa informativa como “aquella que se dedica a la compra-venta de informaciones y, por consiguiente, abre un mercado de noticias, en el que la principal mercancía ( el objeto de comercio) es la información”.

Precisamente este peculiar producto es el que le otorga a la empresa periodística su carácter especial, justificando la índole particular de los deberes éticos de quienes la gerencian o son sus dueños, y su primordial responsabilidad respecto del público en general. La ética de la empresa no intentaría cambiar o controlar la conducta de las personas, sino que más bien estaría dedicada a las ”estrategias para la toma de las decisiones“; es decir, entraría en el proceso de reflexión sobre las razones que existen para adoptar un determinado curso de acción entre posibles alternativas.

Dentro de esta ética empresarial, la empresa informativa no sería una organización económica, sino que sería concebida como una corporación con fuerza para el cambio social, una institución social, que tiene una responsabilidad con la sociedad, además de con los accionistas y empleados.

Sin embargo, la realidad nos demuestra que esa anhelada ética que debería regir los medios de comunicación no deja de ser una utopía. Resulta repudiable leer, escuchar y ver cómo algunos mensajes degradan la prensa en sus niveles de credibilidad, anteponiendo el valor del dinero como objetivo fundamental.

Pareciera que el único fin es vender, recabar audiencias, y que ésta es la mejor forma de servir a un público extenso e indiscriminado.

“La ecuación es muy sencilla y puramente numérica: a más ventas, más acierto y más prestigio profesional”. Parece una ecuación válida, pero es falsa. La sociedad de consumo produce en exceso y tiene que vender todo lo que produce. Para ello ha de crear la necesidad del consumo y la necesidad de unos productos, la mayoría de los cuales son perfectamente inútiles. Sin embargo, “el consumidor acaba verificando la veracidad de las ofertas, y acaba cansándose de los fraudes y los engaños”. ( 9 )

El afán de informar primero y más vivamente que los competidores sacrificando la confirmación de los hechos, apelar al sensacionalismo, desfigurar la realidad para hacerla más apetecible y por ende más “vendible”, son unas de las razones por las que el ejercicio profesional del Periodismo, ha sido colocado en el banco de las críticas del gran público en general.

En efecto, la creciente competencia entre noticieros y periódicos lleva a veces a que quien se considera dueño de una primicia la exagere, con el fin de atraer más la atención de los receptores.

José Manuel de Pablos Coello advierte que este tipo de intervenciones que atentan contra la prensa seria y respetable se encuadran dentro de la llamada prensa amarilla, la cual reconocemos como la antítesis del Periodismo serio, riguroso, objetivo y transportador de la verdad. “Prensa capaz de provocar la noticia aún cuando no existe y de deformar la información con el fin de hacerla más atractiva y comercial, para el crédulo lector”.

Precisamente, uno de los vicios del sensacionalismo es la magnificación: al inflar una noticia más allá de sus justas proporciones, se pueden obtener dividendos en la expectativa y en la atención que el tema logre crear. “La experiencia demuestra hasta qué punto es posible contradecir el principio periodístico de la verdad conceptual con hechos magnificados”.

Es posible que el sensacionalismo y el escándalo produzcan una rentabilidad económica inmediata. Sin embargo, tarde o temprano gran parte del público consumidor acaba dándose cuenta de la baja calidad de los productos que los medios ofrecen. Cuando esto sucede, cuando se descubre que el público discrimina más de lo que pudiera sospecharse o creerse, se apela a la ética.

“La apelación a la ética, tiene, pues, una explicación pragmática, de eficacia”.
El engaño, la falta de contrastación de las fuentes, la ocultación de datos, la verdad a medias, el dar gato por liebre, redundan en la falta de confianza y de credibilidad. De un modo u otro se reconoce que la fidelidad a unos principios y el autocontrol –y en eso consiste la ética- es también rentable: otorga credibilidad y da prestigio.

La información y el entretenimiento que los medios de comunicación ofrezcan a sus públicos, deben cimentarse en el respeto a los derechos fundamentales. Hay demasiado insulto, demasiado rumor expresado como hecho cierto, demasiada explotación del dolor ajeno, demasiada irresponsabilidad. No es lícito informar de cualquier modo, como no es lícito entretener de cualquier manera.

No es lícito hacer una u otra cosa sin el respeto debido a la dignidad de cada persona, sea cual sea su rango o su lugar en la sociedad. No todo se puede convertir en mercancía.
Si los productos que más atentan cada día contra la ética fueran siempre los que más se vendieran, significaría que la sociedad está enferma.

Lo difícil de ser periodista

Algunos alumnos, cuando llegan a la Facultad de Ciencias de la Información a estudiar Periodismo quieren ser corresponsales o reporteros o ¿porqué no? Directores de un periódico y estrellas de la radio. Estos son algunos ejemplos, y todos los años ocurre lo mismo, de respuestas ante la pregunta ¿Qué quieres ser en el mundo del Periodismo cuando terminéis los estudios? Algunos, incluso, han llegado a contestar: queremos ser famosos. Esto que puede resultar muy cómico, es patético ¿Porqué te cuento estas cosas? En primer lugar, es conveniente que tengas claro qué quieres estudiar. Para ser famoso, y de paso ganar mucho más dinero, hay otras vías como, por ejemplo, "Gran Hermano", "Operación Triunfo" y, si se te da bien el deporte, el tenis o el fútbol.

Un periodista es un profesional de la información (que nos cuenta lo que ocurre) y de la comunicación (cuando, además, domina el medio). Un periodista tiene que ser un experto en la elaboración de informaciones sobre hechos e ideas que han ocurrido en el presente o relacionados con él, que tienen que ser de interés para la comunidad y que se transmiten y difunden a través de los medios de comunicación.

Pero hay otras muchas funciones informativas que son realizadas por un periodista y para las que se especializa: la búsqueda del acontecimiento, la selección de las noticias, la producción de los contenidos, la transmisión de los mensajes.
Para ser periodista se requieren ciertas características, algunas muy difíciles de cumplir, como:

1. La vocación.
2. La formación académica. Ya te he comentado lo importante que es acudir a la Universidad. Pero además hay que completar esa formación con cursos, prácticas, colaboración, seminarios, jornadas, talleres, etc.
3. La autonomía del periodista. El periodista tiene que intentar ser independiente ante el lector y ante los poderes establecidos.
4. La responsabilidad. Todos estamos obligados a cumplir unas normas. Al periodista, cumplir las normas deontológicas le va a permitir separar la actividad deseable de la que no lo es. Te decía antes que hay que saber contar las cosas, pero no es menos importante saber que no todas las cosas se pueden contar. Qué difícil es hablar de principios éticos, y sin embargo, qué importantes son.

¿Cumples el perfil? ¿Quieres ejercer esta profesión? Los primeros pasos serán muy duros. Muchas horas de trabajo y, a veces, la exigencia en cuanto a tu disponibilidad será total. No se llega a director o ejecutivo con despacho y buen sueldo tan rápido como parece en las películas o en las series de televisión. Las presiones sociales, del político de turno, de esas personas con las que te cruzas todos los días, pueden dar al traste con tus principios, tus deseos, tu profesionalidad. Mantente firme y aprende a negociar.

El periodismo hace y escribe la historia
La sociedad humana es un conjunto de individuos y la historia por lo tanto, relata lo realizado por éstos, sin embargo, su campo no es la descripción o el estudio de la vida individual de algunas personalidades, sino que fija su atención en movimientos sociales, no incluye el examen de las personas pero éstas deben ser encuadradas en la comunidad de la que forman parte.

La historia es la experiencia acumulada de la humanidad y dicha experiencia se ha conocido por muchos medios. Pero quizá ninguno como el periodismo.

Los conocimientos obtenidos nos permiten al interpretar correctamente el mensaje, darnos cuenta de la vida y de la organización humana en determinada época.

El estudio de la historia exige simultáneamente el concurso de otras ciencias. La geografía; para localizar el hecho humano. La economía investiga la producción y distribución de la riqueza socia. La lingüística se refiere a las lenguas. La cronología trata la sucesión de los hechos en el tiempo. La sociología, cuyo objeto es la sociedad misma. La antropología, dirigida al estudio del hombre. El periodismo, que recoge el acontecer diario de la humanidad. De hecho, no hay ciencia social que no se relacione en alguna forma con el estudio de la historia.

Haciendo uso de la historia, no hay medio de comunicación (escrito, medio electrónico) que no se haya relacionado con un hecho político y éste influya en los cambios del país.
La influencia de corrientes políticas o de algún político encumbrado en el gobierno sobre los medios de comunicación, marca pautas de comportamiento en la sociedad.
Así como en lo político se fijan rumbos, también se ve la huella en lo social.

Influencia social y política del periodismo

"El fenómeno de la comunicación tiene su origen en la metamorfosis que ha sufrido la comunicación, ha influido no solo en la experiencia cotidiana de las interrelaciones humanas, sino también en los sistemas político, económico y religioso e incluso en el ámbito de la comunicación."

Los efectos de la tecnología tienen una influencia directa en la comunicación. No han pasado en vano los esfuerzos intelectuales ni las transformaciones mecánicas aportadas por el que hacer científico y tecnológico de la época a lo largo de toda la historia.

El hombre que hoy se ve expuesto a una comunicación masiva e instantánea que se ha vuelto verdaderamente popular. Todos tenemos acceso a un sinnúmero de informaciones por radio, periódicos, revistas multicolores, películas sonoras, televisión, etc., que proporcionan experiencia de fenómenos tan lejanos como la guerra de Vietnam, la V sinfonía de Beethoven e incluso los primeros pasos del hombre en la Luna.

En el proceso de comunicación el medio es intermediario y transporta todos esos mensajes a través del tiempo y del espacio.

Responsabilidad social

El periodista tiene, pues, tanta responsabilidad social en el recabamiento y transmisión de sus datos, como en el uso del lenguaje, pues nadie puede negar que el buen o mal empleo de la palabra determina, con muchísima frecuencia, el éxito o el fracaso de la transmisión del lenguaje.

Como lo que se recuerda es, naturalmente, la obra periodística irresponsable a causa de sus funestas consecuencias, poca gente sabe apreciar que la responsabilidad del periodista es mucho mayor que la del sabio y que, por término medio, el sentido de la responsabilidad del periodista honrado en nada le cede al de cualquier otro intelectual.

La discreción del buen periodista es mucho mayor que la de las demás personas y, sin embargo, así es. La vida del periodista es azarosa desde todos los puntos de vista y está radiada de unas condiciones que ponen a prueba la seguridad interna como quizás no lo hace ninguna otra situación.

La responsabilidad social

La Responsabilidad Social

Consiste en aceptar las consecuencias de nuestros actos y decisiones de una manera madura. Ya que las personas tenemos en mente que cada uno de nuestros pasos tendrán una repercusión negativa y positiva, que no solamente nos afectarán a nosotros, sino también al resto de la comunidad. Pero la responsabilidad social no abarca solamente eso sino también el hecho de ayudar a las demás personas, pagar los tributos del Estado, asistir a la universidad para recibir de ella una preparación y tener algo que aportar al mundo el día de mañana, es decir que la responsabilidad social también tiene que ver con que no debemos ser unos parásitos de la sociedad, sino personas activas que siempre se estén preparando para ser mejores.

La responsabilidad social del periodista

La libertad (que en ética significa autonomía del individuo para crear sus propias normas) es peligrosa si no va unida a la responsabilidad. Ésta es la capacidad de responder de lo que uno hace, ante quien tiene derecho a exigir unas lealtades o unos resultados.

De los derechos amparados por las constituciones nacionales de los países, los de la libertad de expresión y el derecho a la información constituyen los fundamentos sustanciales de toda sociedad democrática.

De la plena vigencia, vigor y respeto de los mismos dependerá la existencia de una opinión pública plural e independiente, lo cual es requisito indispensable para el buen desarrollo de la vida pública y la plenitud del sistema democrático.

A su vez, la garantía de los derechos de los ciudadanos requiere la defensa de una prensa libre, crítica, plural y abierta a la sociedad a la que sirve. Por ello, la importancia de la función social que presta el periodista a través de los medios como elemento principal para el ejercicio de estos derechos, “exige salvaguardar permanentemente estos principios de cualquier intento de restricción o coacción procedente de toda forma de poder, así como de su posible degradación, producida por su eventual inobservancia o adulteración por los propios medios o de quienes trabajan en ellos”.

En tanto actor principal del ejercicio de un derecho fundamental del que son depositarios todos los ciudadanos, el profesional de la información deberá luchar por mantener los más altos niveles de responsabilidad y honestidad en su tarea diaria.

Al respecto, las normas éticas le indican que deberá responder tanto por su trabajo, como por las consecuencias que de éste se generen. Por eso, “antes de emitir o de publicar un mensaje, debe ser consciente del poder del instrumento que usa y de los efectos que puede provocar”.

El periodista influye en la conciencia de la sociedad: Tiene una responsabilidad política e ideológica. Por lo tanto, ese sentido de responsabilidad debe obligarle a ir más allá de la presentación escueta de los hechos; a verificar los datos, contrastar las fuentes, averiguar y presentar los antecedentes, el contexto y las consecuencias del hecho noticioso.
Deberá buscar y llegar a la verdad, verificando la información a través de diversas fuentes, adoptando una posición analítica frente a las mismas, confrontándolas y comprobando sus afirmaciones.

Solo así podrá llegar a la verdad propiamente dicha, ya que si obtiene una verdad a medias, será una verdad mutilada, deformadora de los hechos objetivos, y con posibles nefastas consecuencias para la sociedad en su conjunto.

“Como respuesta a informaciones dadas a la ligera, alguien puede perder bienes preciosos como la libertad o la vida, y la sociedad puede padecer males incalculables. No prever esa respuesta o consecuencias de las informaciones es actuar con irresponsabilidad".

El periodista debe recordar que el daño causado no puede jamás ser totalmente reparado.
Las responsabilidades que le competen al profesional de la comunicación son: la primera y fundamental responsabilidad del mismo, “es la que ha contraído con la opinión pública y la sociedad en su conjunto. La complementan una responsabilidad para con la comunidad internacional, que tiene que ver con el respeto a los valores universales. Subordinadas a estas dos se reconocen la responsabilidad contractual para con la empresa a la que presta su servicio profesional, y una cuarta responsabilidad derivada del respeto a la ley civil y penal”.

El periodista es responsable en primer lugar ante el público al que se dirige cuando informa, y sólo en segundo y tercer lugar, ante los poderes públicos y ante su empresa.
Llegado a este punto, conviene reflexionar acerca de los deberes éticos que el periodista tiene para con su empresa. “Pertenecer a una empresa periodística es también un asunto de mística”.

En la primera parte de este artículo hice referencia a la influencia del beneficio económico en el tratamiento periodístico dado por diferentes medios masivos. En una sociedad que se mueve con los valores del dinero, cabe destacar que el periodismo es para enriquecerse, pero con la satisfacción de prestarle un servicio a la comunidad. Dentro de una empresa informativa, todos los integrantes de la misma deben luchar por una misma causa. Para un periodista, la solidaridad con su empresa son actitudes que se derivan de dos deberes éticos: deber de disponibilidad; es decir, de dar lo mejor de sí mismo a su empresa, y estar en constante disponibilidad tanto ética como profesional; y por otro lado, el deber de lealtad para con ella.

Pero esta obligación moral de lealtad con el medio en el cual trabaja el periodista tiene un límite preciso para el mismo: “No hacer, por solicitud de la empresa, nada que contraríe los principios fundamentales de la ética periodística. Y en este aspecto cabe recalcar que el periodista que sucumbe a presiones indebidas por su empresa pierde poco a poco credibilidad como profesional”:

A modo de resumen puedo decir, entonces, que el ejercicio profesional del periodista tiene sus cimientos fundamentales en el hecho de suministrar información a la comunidad en la que actúa, de manera veraz, objetiva y oportuna y de ponerse al servicio del bien común. Por tanto, “sus obligaciones para con la empresa deben supeditarse a las mencionadas responsabilidades máximas, que ningún interés particular de ésta puede vulnerar”. (18)

Como un agravante más del problema, se han registrado casos en que para actuar en forma ética, algunos profesionales debieron sufrir represalias de orden económico. Como contrapartida, se ha registrado otros tantos casos en los que por el miedo a perder la fuente de trabajo se han visto “en la obligación” de actuar de manera antiética.

El artículo décimo del Código de Ética y Responsabilidad del Círculo de Periodistas de Bogotá establece al respecto que “el periodista tiene la obligación moral de actuar de acuerdo con su conciencia y no puede ser sancionado por ello.

En consecuencia, las empresas periodísticas no podrán aplicar sanción o desmejoramiento laboral por el cumplimiento de ese deber ético en el ejercicio profesional”.

Veracidad en el periodismo

El derecho que gozamos los receptores del mensaje es el de saber todo lo que pasa, ya que la información es un derecho de todos los ciudadanos y no un derecho propio de los periodistas. El derecho a la información lleva implícito, desde el punto de vista del receptor de la noticia, el derecho a instar por su objetividad. Se deduce, por tanto, que el derecho del informante a impartirla envuelve la obligación de objetividad al determinar su contenido. No obstante, esa veracidad e imparcialidad solamente pueden referirse a los hechos en si, no a las opiniones del periodista. El juicio o la valoración que él haga de los hechos, pertenece a su libertad de opinión, a su libertad de expresar sus opiniones, bajo su responsabilidad. Es menester citar también la obligación de rectificación oportuna y eficiente que recae en el periodista, al difundir información tergiversada o con ausencia de veracidad, y la prohibición de adulterar o falsear lo hechos objetivos de las informaciones.

¿Pero, qué realmente significa información veraz?

El término veraz no debe confundirse con verídico, no tiene razón de ser, hablar de un derecho que se ciñe a la relación exacta de los hechos, entre otras razones, porque la relación de los hechos admite variadas versiones e interpretaciones que sólo el sosegado paso del tiempo logra, y no siempre, aclarar. La respuesta no está simplemente en errar, pues errar forma parte de la condición humana, sino en incurrir deliberada e irresponsablemente en el error.

El concepto de veracidad se compone de los siguientes elementos:
- Hechos comprobados razonablemente, no es veraz, por tanto la noticia que se da como verídica, pero que sólo se sustenta en rumores, invenciones o insinuaciones insidiosas. No hace falta que el hecho sea exacto o incontrovertible, ya que la naturaleza de la información periodística no requiere que la investigación del hecho sea tan exhaustiva como le correspondería, por ejemplo, a un policía o a un juez.

- Diligencia, lo que le da veracidad a la difusión de un hecho es que el periodista haya sido diligente en su averiguación, que haya hecho lo posible para dar la información de la forma más correcta y haya tenido una actitud positiva hacia la verdad, esto supone que el hecho haya sido comprobado de manera razonable con otros datos objetivos o que el informador haya contrastado su veracidad realizando las verificaciones oportunas.

La veracidad, por consiguiente, no se refiere tanto a la exactitud de la información como a la posibilidad de probar que el informador ha actuado con el celo suficiente para llegar a la convicción de que el hecho es razonablemente veraz. La información se ha de fundamentar en hechos ciertos, que se deben conocer suficientemente porque se han comprobado o contrastado con otros datos objetivos.

BIBLIOGRAFÍA
http://www.ull.es/publicaciones/latina/2001/zenlatina37/141jaquez.htm
http://recursos.cnice.mec.es/media/prensa/bloque10/pag5.html
http://www.ull.es/publicaciones/latina

jueves, 21 de julio de 2016

Rural Odontología Ecuador 2015-2016

"Siento como los latidos de mi corazón se acelerán y es que hoy se decide mi futuro. Por un año tendré que estar en algún lado del Ecuador y espero que sea en mi tierra Piñas" Esto pasaba por mi mente en el momento en que se estaba dando el sorteo para decidir en que lugar debería realizar mi rural de Odontología.
Luego de esperar aproximadamente tres horas, por fin dijeron mi nombre y lo mejor es que aún quedaba libre la plaza que quería que me toque, así que me sentía muy feliz pero a la vez muy nerviosa, porque delante de mi estaban más de veinte personas y era posible que alguna de ellas quisiera también el lugar que yo deseaba. Finalmente pude tomar la mejor plaza, al menos para mi, la más conveniente, pues está a cinco minutos de mi casa.
Cuando empecé a trabajar, me cayó un balde de agua fría, ya que me enteré que mi horario de trabajo sería de ocho de la mañana a doce del día y de las cuatro de la tarde a las ocho de la noche y además que tendría que trabajar algunos fines de semana, de manera rotativa.
El primer día que me quedé sola en el consultorio, me dieron muchísimas instrucciones (que apaga esto, prende esto, no te olvides de botar esto, desconecta esto, etc), fueron tantas, que no entendí la más importante que era desconectar el compresor y lo dejé encendido toda la noche. Al día siguiente cuando volví, me encontré con que el compresor estaba demasiado caliente y que no servía, por lo que yo debía pagar los daños. Mi felicidad se convirtió en tristeza y preocupación.
Tuve que viajar a Machala para buscar arreglo para el compresor, pero gracias a Dios, finalmente no fue mucho el daño y se pudo solucionar. Luego de este gran susto, empecé a trabajar con pacientes, a pesar de que en la universidad ya había realizado muchas restauraciones, exodoncias, profilaxis, sellantes; estaba muy nerviosa y como es de esperar, al principio, los pacientes no confiaban en mi, pero poco a poco me fui ganando su confianza.
Me punto débil eran las exodoncias. Las primeras que me tocó hacer, no las pude concluir, pues algunas veces no le cogía la anestesia al paciente y no sabía como manejar la situación y otras veces no sabía manejar muy bien los elevadores, por lo que no podía realizar la extracción, es por ello que el primer mes me dediqué a pararme en frente de la otra doctora, mientras realizaba una extración y me fijaba en todos los movimietnos que hacía con los elevadores, con el forcep, yo sabía que observando aprendería mucho y algo que tenía muy claro era que yo estaba ahí para aprender.
En mis oraciones siempre pedí hacer las cosas bien, a pesar de mi inexperencia, es decir brindar salud y no perjudicar al paciente. Cuando las cosas se me complicaban un poco o no sabía que hacer, rezaba para poder tomar la mejor decisión.
Otro de los pequeños problemas que tuve que enfrentar en mi año rural fue una pelea con la otra doctora que trabaja en el subcentro, pues ella es de mi edad y para ser sincera, desde el colegio ya tenia,mos nuestras diferencias y aunque yo se que las rurales somos la última rueda del cohce, desde que llegué me di cuenta de que ella tenía muchos privilegios ahí, siempre hacía las cosas a su conveniencia y nadie le decía nada, nunca trabajaba feriados, se quería coger todos los pacientes (si yo fuera vaga o no quisera aprender, esto no debería importarme, pero yo estaba ahí para ganar experiencia), es por ello que yo me quejé con el jefe y el empezó a cambiar esa situación.
Pasamos algunos meses, saludandonos casi por compromiso, pero luego ya logramos aunque sea tolerarnos y trabajar en armonía. Ella cambió su actitud, empezó a dejar que nos turnaramos con los pacientes y ya no se los cogía a todos.
Cuando recién emepecé a hacer restauraciones, quise ponerles anestesia a los pacientes para que no sintieran dolor cuando les limpiaba la cavidad, pero la asistente se opuso a esta situación y de manera sutil todos me insinuaron que los anestésicos solo eran para exodoncias, pese a que en el protocolo del mismo Ministerio de Salud Pública, está que éste es uno de los primeros pasos.
Cuando es una cavidad muy profunda, el paciente siente mucho dolor, y sinceramente para mi, es inhumano hacerlo sufrir, teniendo la solución en nuestras manos. Fue muy dificil acostumbrarme a esto, pues para limpiar bien una cavidad se necesita la colaboración del paciente y con dolor no es posible. A pesar de ello cuando estaba los fines de semana sola, con algunos pacientes sí usaba anestésico, pero entre semana no podía hacerlo.
En este año, también conocí a una de las personas más buenas del mundo, la otra doctora que trabaja allí, ella siempre me ayudó cuando estaba en apuros, me apoyó para modificar el horario cuando tenía algún compromiso, se portó demasiado bien conmigo y me voy muy agradecida con ella.
Esta aventura me enseñó muchas cosas, a saber como manejar a los pacientes, aun no soy una experta pero he aprendido que cada persona es un mundo diferente y hay que saber manejar a cada uno de ellos, me enseñó a defenderme y no dejarme ver la cara por nadie, a pesar de que yo tenía uno de los rangos más bajos en el consultorio siempre peleé por mis derechos, simplemente me di cuenta de que uno debe desde un principio hacerse respetar, no siendo una persona problemática o grosera, pero si justa y con respeto reclamar por lo que no está bien.
Mirando hacia atrás, creo que a diferencia de lo que muchas personas dicen, para mi, este año de rural ha sido una de las mejores cosas de mi vida, pues además de que aprendí muchísimo, estuve cerca de mi familia que siempre me consintió; volví a comer la comida de mi tierra, volví a ver a las personas de mi infancia y adolscencia, algunos inclusive fueron mis pacientes; puse en práctica mis conocimientos con mi gente, en mi tierra, conocí muchas personas buenas, que me ayudaron mucho.
Esta fue mi experiencia respecto a mi año rural 2015-2016, que fue en Piñas El Oro, Ecuador. Por si alguna persona, no sabe que elegir y está indecisa, dejenme decirles que esta ciudad es muy tranquila de gente amable, casi no hay delincuencia y las personas con las que vas  a trabajar son muy buenas así que debe estar dentro de tu lista de lugares para hacer la rural. Suerte!

miércoles, 20 de julio de 2016

¡No hay marcha atrás!

El ignorar que la vida es tan efímera, a veces, no nos permite darnos cuenta de que existen cosas y personas que son tan importantes que no deberíamos dejar a un lado; pero el "corto tiempo", el excesivo trabajo, la moda del estrés, entre otras cosas hacen que la comunicación con los demás se vea cada vez más reducida.
A veces pensamos que los errores que cometimos en el pasado, no nos permiten llevar una buena relación en el presente con las personas que quizá sin querer lastimamos.
Por otro lado, a veces quieres tanto a una persona y su silencio te lastima tanto, que te convences en el interior que no es importante para ti, pero siempre estás pidiendo que esté bien, con salud; y al pensar en que algo malo pudiera pasarle, una lágrima viene a tus mejillas y por más que intentes odiarlo o por lo menos olvidar su nombre, a veces necesitas llamarlo, con cualquier excusa, aunque sea para convencerte de que aún existe y que no es sólo un recuerdo que se quedó perdido en el tiempo.
A pesar de que eres una persona "adulta" y tienes millones de preocupaciones en tu cabeza, hay días en que la nostalgia te abraza y el vacío que por más que intentas ocultarlo se hace más profundo y tu rostro cambia y tu sonrisa se borra y a pesar de que entiendes las razones, no puedes evitar sentirte triste.
Mmm.. sólo quiero decir que aunque estes lejos y tus llamadas son tan escasas y tus visitas inexistentes... y aunque a veces me da la impresión de que tu ya no tienes razones para luchar... en mi corazón hay un lugar para ti... tqm JRRD