miércoles, 3 de agosto de 2011

Nunca es tarde

A veces quisiera regresar a mis 17 años, cuando mi máxima preocupación era el colegio y el futuro se veía tan lejano". Esta frase se ha repetido muchísimas veces en mis pensamientos. [Parece que la persona que estuviera escribiendo esto fuera una mujer de 70 años o más y no, es una chica de 22 años]. Siempre he sido "brillante" o por lo menos eso dicen los demás, soy una persona para quien aprobar los años en una universidad no es un reto imposible; sin embargo más de una vez me he sentido fracasada, he llegado a pensar que nunca iba a descubrir me verdadera vocación en la vida. Tenga la mejor familia del mundo y tengo una bonita relación con mi enamorado pero mi pequeño gran problema es que me equivoqué al escoger mi profesión, por decirlo de alguna manera.

Desde que era pequeña me encantaba escribir, es más quería ser escritora y por ello decidí seguir la carrera de periodismo, pese a que a mi mami no le gustó mucho la idea.
Los años dentro de la universidad fueron inolvidables, nunca me quedé en suplotorios, tuve diplomas por buena alumna, conocí amigos, disfruté, en fin; el gran problema llegó cuando hice las pasantías. En ese momento comprendí que periodismo era mucho más que amar escribir o leer; periodismo es más que una carrera es una pasión, una pasión que implica sacrificios, un bajo sueldo pero sobretodo ciertas virtudes con las que yo no cuento. Un periodista debe ser una persona muy sociable (más tímida no puedo ser), debe ser arresgada, insistente, hacerse notar y saber enfrentar cualquier situación, además de saber que siempre habrá alguien encima de ti diciéndote lo que debes hacer.
Cuando me di cuenta de que definitivamente el periodismo no era mi carrera, que no era lo que yo quería hacer el resto de mi vida, la frustración llegó a mi vida.
Entré en una depresión muy fuerte, lloraba casi todos los días y pensaba una y otra vez que cualquier carrera hubiera sido mejor que esa, mis amigas me decían que yo sí era buena para esa profesión pero yo pienso que cuando trabajas en algo que no te gusta, toda tu vida va a ser un fracaso total.
Cuando comencé a ver las cosas con mayor claridad y me di cuenta de que aún era joven y nada estaba perdido empecé a buscar otras opciones para estudiar y decidí seguir psicología, pero una vez más a mi mami no le agradó la idea; la diferencia es que esta vez sí le hice caso y me decidí por la misma profesión de ella: odontología, que es una carrera independiente, lucrativa, pero sobretodo ahora que ya estoy en segundo año y he tenido la oportunidad de realizar algunas prácticas, me gusta, me siento feliz con lo que hago.
A veces tomamos decisiones equivocadas, sobretodo cuando somos adolescentes y pensamos que siempre vamos a estar bajo la protección de nuestros padres pero cuando enfrentamos la vida y vemos que ya no tenemos una edad para seguir siendo inmaduros, nos arrepentimos y queremos regresar el tiempo para hacer las cosas bien. En mi caso me siento triste por no haber seguido esta profesión desde que me gradué del colegio, sin embargo espero en un futuro no muy lejano combinar mis dos profesiones y esto me hace sentir feliz porque estoy segura de que no perdí mi tiempo pero sobretodo de que nunca es tarde para volver a empezar. (KS)